Del estado primitivo al Espacio Nido

Yo recuerdo que, de niño, pasar por esa calle Ferrería que desde el Paseo de Alfonso cruza como una saeta todo el barrio era una prueba de valor. No solo era la sensación de pecado que anidaba en ella y contaminaba nuestras mentes educadas en el nacionalcatolicismo sino puro miedo a cierta gente marginal (marginada, según supimos de mayores) que la habitaba. Hoy aparece ocupada por nuevos colonos como Noemí Díaz, Alberto Cebral, Iria Rivas y Ramón Viéitez, tres arquitectos que además integran el Estudio de Arquitectos Arquétipos  y una diseñadora gráfica, que han abierto en ella el Espacio Nido. Es como si se pasara del estado primitivo de la horda a la sensibilidad ética y estética de quienes  se han formado para definir fondos con formas bellas o funcionales.
Antes los arquitectos hacían, sobre todo, casas, edificios… Ahora la crisis ha llevado su dotación cultural por otros derroteros como en este caso el Espacio Nido, el primero que se abrió en Vigo allá por 2011 y en la calle  Manuel Núñez, trasladado en 2014 al Casco Vello que, en su parte alta y antes tercermundista, comienza a ser un núcleo de nuevas actividades, de gente dispuesta a hacer cosas creativas, con ganas, con cariño y en comunidad. Los tres bajos comerciales situados en los números 25, 27 y 29 de la calle Ferrería,  antes locales de alterne, hoy son un coworking, esa nueva fórmula  que permite a profesionales de ámbitos diversos compartir los mismos espacios y sus conocimientos, y evitar los costos de oficinas propias. En un local a pie de calle, céntrico a estrenar, con sala de reuniones con proyector y equipo de audio, office con nevera, cafetera y microondas, sala de relax, patio, baño completo, servicio de teléfono fijo, fax e internet. Quién le diría a sus antiguos pobladores, comidos por las ratas, el frío y los sabañones.

Casco Vello Vigo

Casco Vello Vigo

Texto: Fernando Franco

Fotografías: Javier Teniente

O novo Casco Vello de Vigo

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