Desde Vigo con honor
Se acaban de cumplir 150 años del combate naval del Callao, una efeméride militar que posiblemente apenas ocuparía un par de líneas en los manuales de la historia colonial española, sino fuera porque a raíz del mismo a un vecino del Casco Vello, D. Casto Méndez Núñez, le vino a la cabeza una de esas frases que parecen reclamar el bronce del pedestal de las estatuas: “Mas vale honra sin barcos que barcos sin honra”.
Lo cierto es que no está muy claro el momento exacto y la forma en que el ilustre marino vigués, nacido en 1824 en el número 10 de la plaza de la Constitución del Casco Vello, pronuncio estas palabras; ni siquiera si estas fueron literales ya que la redacción con las que nos han llegado parece más bien el fruto de la “poda” al que los periódicos de la época sometieron al contenido de la correspondencia entre el jefe accidental de la escuadra del Pacífico en 1866 y sus superiores. El caso es que una mención a la honra de la marina española en este no muy afortunado lance naval se convirtió en todo un “trendic topic” de la época, que hizo del niño que durante los diez primeros años de su vida jugaba en los empedrados del Casco Vello y en las – por entonces aún visibles- playas del Berbés uno de los héroes nacionales de mediados del siglo XIX.
Como la fama en aquellos tiempos no era algo tan efímero como hoy en día, Méndez Núñez, que frases inspiradas aparte fue un militar cabal que dio pruebas reales de su valor y valía, vio materializada su gloria en un auténtico parque de estatuas repartidas por los jardines y plazas de toda la nación, muy especialmente en Galicia. En su Vigo natal se erigió una de ellas, situada en la Alameda, en la que –despreocupadas de su relevancia- se posan las gaviotas para regocijo de niños y fotógrafos. Quienes alcen su mirada hacia la fachada de su casa natal podrán también ver las placas conmemorativas que varias entidades ciudadanas instalaron para recordar la figura de este auténticamente ilustre vecino.