Roma en el Casco Vello
Aunque eclipsada por otras localidades cercanas que durante siglos tuvieron mayor importancia económica o administrativa Vigo no deja de tener una ya larga historia tras de si. A lo largo de la misma los moradores de cada época dejaron rastros de su manera de vivir, que en muchas ocasiones fueron eliminadas,-por aprovechamiento de materiales, por cuestiones políticas o por mera ignorancia- por sus sucesores. Así no es extraño que de vez en cuando una obra, una riada o –las menos- la labor de investigadores saquen a la luz algún vestigio de aquellas épocas pretéritas.
Esto sucedió en el año 2000 en pleno Casco Vello de Vigo, cuando las tareas de rehabilitación de un edificio en la calle Oliva, junto a la Colegiata, pusieron al descubierto los restos de una calzada romana construida entre los siglos III y IV después de Cristo. Estos restos son una prueba más de la intensa romanización que experimento la comarca viguesa, motivada posiblemente por la posibilidad de obtener con facilidad sal, un elemento esencial entonces para la conservación de alimentos. Así lo demostraría la cercana presencia de los restos de una salina en la zona de Rosalía de Castro, musealizada, o de un salazón en un solar de la calle Marqués de Valladares. Lo encontrado en el Casco Vello correspondería a una vía secundaria, ya que no aparece consignada en el Itinerario de Antonino, una especie de guía oficial de las principales calzadas romanas, por la que sabemos que las grandes rutas militares que cruzaban Galicia pasaban por la zona del actual Mos.
El fragmento de la calzada –que responde al patrón habitual de construcción de este tipo de obras- se conserva en los bajos de un edificio en la calle Cárcere Vella, y pueden ser visitados aunque para ello hay que ponerse en contacto con el Centro Cívico del Casco Vello, en la cercana calle de la Oliva.