Olga, la nómada del Ayur
Yo la recuerdo al principio de los 80 moviendo el Uf, que es ese cafeto de la calle Placer que ha sobrevivido a los estragos del tiempo y a la efímera vida de los bares como espacio alternativo en que puedes tomar la infusión o la birra ante una actuación, en medio de un grupo conspiratorio, una tertulia sobre poesía o una proyección de cine fantástico.
Pero Olga Herrero visitó la India en 1984 y algo vio allá que la cambió cuando volvió acá, algo que le hizo tomar al menos dos decisiones sobre su vida: una, mantener su relación con ese país; otra, estabilizar laboralmente su vida con una tienda cuyos productos fueran un puente con aquella cultura, de modo que el negocio fuera el mejor justificante de sus viajes. Y eligió el barrio viejo para abrirla. Estábamos en 1985 y no era una decisión fácil porque marginales y marginados abundaban por la zona, tan necesitada de rehabilitación como ellos.
A Olga no le tembló el pulso y desde que abrió en 1986 en Méndez Núñez 14, el público no le ha fallado en la compra de ropa o artesanía india, que luego fue ampliando con otros países como China, Nepal, Vietnam, Laos,… países de su circuíto habitual. Y es que, aún no lo hemos dicho, Olga se define como nómada, y una parte del año la pasa viajando, aprendiendo de otras culturas y, encima, haciendo un lícito negocio en Vigo con sus productos. Ahí sigue, con María Regueira como cabeza visible de esa tienda. Vive de lo que goza y ayuda en lo que puede, como en esa escuela que su hermana Neneta montó en Pubai-Orisa, en la zona del Golfo de Bengala y que desde Vigo y O Morrazo respalda la asociación Shanga.
Texto: Fernando Franco
Fotografía: Javier Teniente