Julio Rico, el de la plaza de Almeida
Pilar y Fina Rodríguez, las dos bellas damiselas que regentan la ferretería Julio Rico en la Plaza de Almeida, saben bien que la suya es la tienda en activo más antigua del barrio viejo, fundada allá por 1908 por la familia venida de Medina del Campo que le dio el nombre; saben, cómo no, que su siempre amable padre la adquirió en 1975 cuando volvió de la emigración, y que en esa plaza está el edificio más antiguo de Vigo, nada menos que del siglo XVI, hoy Instituto Camoes.
Lo que a lo mejor no saben Pilar y Fina es que hubo allí despacho de pan que llenaba la plaza de fraternos aromas, y que allí estuvo la cerería San José, donde otra Pilar pero que llamaban doña vendía gargantas de san Blasiño, brazos y piernas de San Amaro, cabezas y oreja para Santa Marta… ex votos portadores de fe o lejanas paganías que yo tuve ocasión de conocer de niño, allá por los 50. ¡Y cuántas miles de velas vendía para el Cristo de la Victoria que, derretidas tras la procesión, los niños del barrio vendíamos a perra gorda! Al lado estaba el bazar Almeida fundado por Pepe el Gordo, el único que en tiempos de la II Guerra Mundial podía devolver la voz a los mastodónticos aparatos de radio de aquel tiempo, cuando se estropeaban y los radioyentes se quedaban sin sus emisoras germanófilas o anglófilas, según gustara.
Y lo que no sé si sabrán Pilar y Fina es que allí estudió allá por los 40 el inmenso dibujante y pintor gallego Maside, que formaba parte de la tertulia del Derby con Paz Andrade, Del Riego, los Álvarez Blázquez… y se dejaba ver con su sombreo de cinta negra y su capa por esas calles. ¡Qué plaza la de Almeida, en la que yo conocí de niño también relojería, y cuánta historia encierra!
Texto: Fernando Franco.
Fotografía: Javier Teniente.