De la vieja Huertas a la nueva Hortas
Antes la calle Hortas, Huertas para los nativos de la Herrería al menos durante la mitad del siglo pasado porque era más cristiano a la castellana, era inhóspita y misérrima. Tanto que por no haber no había ni prostitución a pesar de ser de esta la sustancia medioambiental, solo una luz y un puñado de casas con el retrete justo y no sabemos si agua, además del bareto de Chelo, que ni bar siquiera era con cuatro botellas empolvadas en la estantería. Una calle para vivir pero malamente que limitaba con la finca de los Soto y por la que se llegaba a las cosas de la guerra, o sea al cuartel de San Sebastián. Así la recuerda al menos Pepe Soto, que tiene 86 años, nació e hizo empresa en el barrio y sabe de lo que habla; allá él si nos equivoca con su memoria. Hoy la mano rehabilitadora ha transformado tanto su faz que es una calle de nueva población por la que ha apostado gente con juventud, gusto y un razonable optimismo respecto a los flecos que aún restan de su anterior deterioro.
Texto: Fernando Franco
Fotografía: Javier Teniente