SILVERIO RIVAS

Es de los nuevos pobladores de esa calle Elduayen, camino del Paseo de Alfonso, y la visión desde la parte posterior de su casa abarca todo el mar de Vigo y casi llega a Nueva York. Es uno de los más rotundos valores de la escultura contemporánea gallega y el primero que entra en la abstracción de las formas. Disciplinado, perseguidor obsesivo de sus propias inquietudes, monje en su taller… Fue discípulo en Vigo de Camilo Nogueira, Xoan Piñeiro o Luis Torras, pero se abrió al arte contemporáneo con los grandes en Madrid, donde conoció a su mujer, la francesa Odile Mansuy, y luego en París. Su obra ciclópea se ve en conjuntos como el de la Plaza de América en Vigo pero su casa la tiene en el nuevo barrio viejo.Casco Vello VigoTexto: Fernando Franco

Fotografía: Javier Teniente

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