Esplendor entre las piedras

La necesidad vital y común de hacer algo efectivo para conseguir un mundo más sostenible fue lo que hace cinco años unió a las hermanas Nuria y Uxía y a su amiga Antía a crear su empresa “Las flores de Greta”. El punto de partida fue el descubrimiento en unos talleres de artesanía de la técnica del ecoprint -la impresión sobre tejidos naturales como algodón o seda de flores, hojas y otros elementos vegetales-. Desde entonces, a base de mucho trabajo de campo -nunca mejor dicho porque una buena parte de su materia prima la obtienen ellas mismas pateando los bosques próximos a Morgandans, donde iniciaron su actividad y donde tienen su taller-, de muchas pruebas y de mucha experimentación han conseguido convertir su aspiración en su medio de vida.

Nuria, Uxía y Antía, las tres socias de «Las flores de Greta».

Y casi coincidiendo con ese quinto aniversario “Las flores de Greta” ha dado un paso adelante y establecido su nuevo establecimiento en el Casco Vello de Vigo, en concreto en el número 11 de la calle Abeleira Menéndez. Las tres socias supieron de la convocatoria del concurso de alquileres del Consorcio y con la misma meticulosidad y constancia con la que recolectan hojas, frutos y otros elementos vegetales recorrieron la veintena de locales que se ofertaban. Por lo que pudiera pasar presentaron su solicitud para cinco pero sabiendo que Abeleira 11, por su situación, distribución, tamaño y el hecho de contar con un pequeño patio trasero era el local ideal para su planteamiento. Tras la adjudicación vino el largo proceso de reacondicionamiento  -realizado por sus propios medios con la ayuda de familiares y amigos- y tras una profunda limpieza, repintado, cambio del solado y redistribución han creado un espacio de usos múltiples en el que además de exponer su gama de productos realizan labores de diseño, gestión e incluso formación ya que entre sus proyectos futuros se encuentra la realización de talleres para difundir la técnica del ecoprint.

 

Vínculos

Y la verdad es que, en medio de la dureza pétrea del granito mayoritariamente empleado en las construcciones de la calle Abeleira Menéndez, resulta especialmente relajante y hasta sorprendente, poder disfrutar de la delicadeza de los diseños logrados con la transferencia de los contornos y colores de flores y plantas que, una vez limpias y fijadas a sus soportes vegetales, alcanzan un nuevo y más prolongado esplendor.  Esplendor realzado cuando se sabe que detrás de algunos de estos diseños se encuentran en muchas ocasiones historias personales ya que los clientes pueden remitir aquellos elementos que por una u otra razón desean preservar: así, explican las responsables de Las Flores de Greta, “una línea de actuación que abrimos pensando básicamente en aquellas novias que querían conservar de alguna manera sus ramos de boda, se ha abierto a otros muchos planteamientos como el de los de gallegos residentes fuera de la comunidad que buscan, a través de una prenda de vestir, reafirmar el vínculo con su tierra, las celebraciones de jubilación y cualquier otra en la que se desee materializar la vinculación entre una persona y su entorno natural”.

 

 

 

El nuevo Casco Viejo de Vigo

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