Espacio Alas, ¿por qué caminar solo?

Frecuentemente, en momentos importantes para una persona por su dureza o por su transcendencia o simplemente porque se plantea  un cambio en su vida o en algún aspecto de ella, la sensación que domina es la de la duda o la soledad. En estas circunstancias, desde la comprensión, la conexión y la utilización de estrategias que favorecen el bienestar en todos los ámbitos para la realización personal, servir de apoyo y acompañamiento es es el propósito que María Comesaña se ha marcado para “Espacio Alas” (San Sebastián, 26), un proyecto personal que ha comenzado a funcionar en el Casco Vello desde las primeras semanas de este año.

María Comesaña ha buscado crear un espacio acogedor para su actividad.

Lejos de ser un arrebato a la búsqueda de un cambio drástico María se refiere a su decisión como una evolución natural en la actividad profesional de formación y, especialmente, orientación que ha desarrollado a lo largo de 29 años en un centro educativo de Vigo. A lo largo de este tiempo se pudo percatar de que, además de los temas meramente escolares, lo que más valoraban los alumnos era su disponibilidad para escucharles y acompañarles en las dificultades y conflictos que se les planteaban. Esta habilidad, para ella algo natural, que “me sale del corazón” y que además cultivó mediante el aprendizaje y la enseñanza de diversas técnicas de relajación y meditación como el Qigong, hizo que poco a poco su campo de acción se ampliara no solo a los alumnos, sino a sus familias y a sus propios colegas de enseñanza y que se centrara en las tareas de orientación. “En el proyecto que inicio ahora”, señala,  “quiero seguir compartiendo mi experiencia profesional y personal ampliando los servicios y la edad de los destinatarios, y hacerlo a otro ritmo”.

 

Concurso

Encajar su actividad y la forma en que quería desarrollarla se convirtió entonces en un proyecto personal y profesional al que estaba dando vueltas cuando una amiga, vecina de la zona, le habló del Concurso de Adjudicación de Locales del CCVV como una oportunidad para ponerlo en marcha y presentó su solicitud que fue aceptada.

Para acometer la amplia gama de acciones individuales o colectivas que oferta, María tenía claro que necesitaba adecuar el espacio disponible a sus planteamientos. Para ello quien entre en Espacio Alas lo hará en un espacio diáfano, sin tabiques u otro tipo de separaciones. La parte más cercana al acceso está prácticamente vacía cuando no se están llevando a cabo las sesiones de grupo y es al fondo donde, con un mobiliario sencillo, se han creado dos ambientes: uno más formal y otro más personal ya que su experiencia le ha dejado claro que, según el tipo de persona o los distintos momentos que atraviesen cada una de ellas, la comunicación es más fácil de establecer en uno u otro. El resultado es un ámbito poco recargado, que quiere ser bello, cálido y acogedor y que encaja bien con una de las características que María Comesaña destaca de la zona donde se ha implantado: tranquilidad. Una tranquilidad de barrio en la que -señala- los vecinos te saludan por la mañana cuando abres la puerta y celebran la apertura de los distintos locales que se van incorporando en la zona.

 

 

 

 

 

 

 

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